La elegancia del detalle, la potencia de la innovación. Una frase que resume mejor que muchas palabras la esencia de este fusil, sin duda una de las novedades más interesantes que han aparecido este año en el mercado. Nosotros probamos el modelo 95 en configuración Vela
Nilo Mazzarri
Cuando bajas a profundidad, todo se reinicia: el tiempo, los sonidos, el pensamiento. Solo queda el instinto. En ese instante suspendido, cada movimiento cuenta, cada detalle marca la diferencia. Es allí donde una herramienta se convierte en parte de ti. El Cetma Shark Vela nace para acompañarte en ese momento: no es simplemente un fusil, sino un aliado preciso y silencioso.
Lo probé en las aguas al sur de la Isla de Elba, en condiciones lejos de ser ideales: mar de fondo fuerte, agua turbia, corriente elevada. Un entorno “real”, donde todo el equipo se pone a prueba sin concesiones. Y el Shark Vela no solo respondió, sino que elevó las expectativas.
Construido para durar: materiales y geometrías
El corazón del proyecto es la combinación entre ingeniería de precisión y solidez estructural. El tubo, de forma ovalada, está fabricado completamente en acero inoxidable 316L, una elección que subraya el enfoque industrial y profesional de Cetma. Este tipo de acero, conocido por su excelente resistencia a la corrosión marina, garantiza una rigidez torsional excepcional y una estabilidad de disparo inigualable.
En comparación con un tubo cilíndrico tradicional, la forma ovalada permite minimizar la flexión en el eje y mejorar la maniobrabilidad. El resultado es un movimiento fluido, un rápido retorno al eje y la sensación de tener en las manos un cuerpo único, sin vibraciones.
El equilibrio fue uno de los aspectos más sorprendentes. No es un fusil ligero, pero gracias a la distribución de pesos y al perfil hidrodinámico, permanece neutro en el agua incluso con accesorios montados. Un detalle que se traduce en menor fatiga y mayor control durante la acción.
Sistema Vela: adaptabilidad sin compromisos
La verdadera revolución del Shark está en la cabeza. El nombre “Vela” no es solo una cuestión estética: es una declaración de versatilidad. El arma puede configurarse de tres maneras principales:
Goma simple, para pesca al agujero o en condiciones dinámicas;
Doble goma, para acecho equilibrado;
Sistema Vela completo, con poleas, X-block y Dyneema, para disparos largos y progresivos, sin la complejidad mecánica de un roller.
Durante la prueba, utilicé precisamente la configuración Vela Ready, con varilla tahitiana de 7 mm, doble goma y poleas. El resultado fue un disparo progresivo, potente pero fluido, ideal para casi todas las situaciones. El disparo es silencioso, lo que aumenta la posibilidad de un segundo intento.
Y si se necesita un enfoque más ágil, basta con quitar una goma para adaptar el fusil a disparos en grietas estrechas o a corta distancia. La modularidad es total.
La corvina en el horizonte
En la cima de la punta de Capo Stella, el fondo cambia de rostro. Las rocas desaparecen en la profundidad, la luz se filtra inclinada entre las grietas y el azul se extiende hacia mar abierto como una invitación silenciosa. Me deslizo por la pared, siguiendo la línea dentada que se pierde hacia el fondo. Conozco ese tramo: es difícil, pero puede dar sorpresas. Cuando el mar decide darte algo, lo hace en lugares así.
A 17 metros, entre dos grandes rocas, hay una zona de sombra que uso a menudo como punto de acecho. Me detengo, protegido por el perfil de la roca, y lo reduzco todo: pensamientos, respiración, latidos. El Shark Vela reposa neutro entre mis manos. No flota, no se hunde. Está perfectamente equilibrado. El cuerpo monocasco de carbono no vibra, no se flexiona. Parece hecho para estar allí, como si hubiese encontrado su sitio.
Permanezco inmóvil. Luego, un movimiento apenas perceptible: una corvina emerge de la oscuridad de una grieta. Avanza a tirones, decidida pero cautelosa al mismo tiempo. Se detiene un instante entre la luz y la sombra, como si estuviera evaluando algo. Giro apenas la muñeca. El fusil ya está alineado, no ofrece resistencia. El sistema Roller Evo es silencioso, potente, listo. Sin ruido metálico, sin esfuerzo.
El disparo sale. Preciso, quirúrgico. En la base del opérculo. Sin retroceso, como si nunca hubiera disparado. La varilla de 7 mm atraviesa limpiamente. La corvina no opone resistencia: golpeada en el punto justo, en el momento justo.
Asciendo lentamente, dejando atrás la sombra de la punta. En la superficie, el reflejo del sol dibuja círculos concéntricos sobre el agua. Y pienso que es en lugares como este, y con armas como el Shark, donde la pesca vuelve a ser algo simple, esencial.
Ergonomía y mecánica: intuitivo y preciso
La empuñadura, ligeramente inclinada, garantiza un agarre firme incluso con guantes gruesos. El apoyo esternal es amplio y permite cargar las gomas sin problema, incluso para quienes no usan cargador.
El mecanismo de disparo, completamente en acero 316L, es uno de los más suaves que he probado: sin enganches, sin titubeos. La guía de varilla integrada asegura trayectorias tensas incluso a larga distancia, mientras que el carrete Cetma (incluido en la configuración Vela) mantiene un tamaño reducido y permite una recuperación inmediata.
Dos configuraciones, una sola alma
Cetma propone el Shark en medidas de 72 a 105 cm, con dos configuraciones principales:
Shark Anti-Recoil: para quienes quieren comenzar con una herramienta versátil, simple pero sólida. Listo para usar, con varilla tahitiana, goma a elección y posibilidad de actualización.
Shark Vela Ready: versión de gama alta, completa con sistema Vela, poleas, Dyneema, carrete, X-block. Máximo rendimiento, sin compromisos.
Es interesante la posibilidad de una modularidad realmente completa, que permite modificar el armado incluso en el futuro, con repuestos siempre disponibles y soporte técnico garantizado por Cetma (incluidos los tutoriales en video).
Todo ello con garantía de dos años y una cadena de producción 100% Made in Italy, que asegura altísimos estándares constructivos y un excelente soporte postventa.
Conclusión
El aliado que no hace ruido. Así podríamos definir el Shark Vela. Silencioso, preciso, adaptable. En el momento del disparo, cuando cada gesto debe ser natural, cada milímetro bajo control, él está allí, listo para dar lo mejor.
Es un fusil que permite personalización, pero que ya en su configuración básica ofrece un rendimiento de alto nivel. Pensado para quienes buscan un compañero fiable en cualquier situación (acecho, pesca al agujero, espera) y exigen calidad constructiva y un soporte constante.