La empresa de Brindisi realmente ha hecho un buen trabajo con este traje, caracterizado por neopreno Yamamoto 39 y un corte acertado, especialmente en la espalda, donde hay una sola pieza de espuma. El camuflaje es discreto
Nilo Mazzarri
Cuando se viste un traje antes de entrar al agua, a menudo el pensamiento principal no es el mar o la inmersión, sino la molestia de algún pliegue en la rodilla, la capucha que aprieta o una costura que roza en la espalda. Detalles que pueden parecer triviales, pero que en el mar son una fuente constante de distracción. La verdadera diferencia entre un traje cualquiera y uno bien diseñado está justamente allí: en hacerte olvidar que lo llevas puesto.
Esa es la sensación que tuve al usar el Black Camu de Cetma Composites. Aunque no es una prenda hecha a medida, su adaptabilidad es sorprendentemente versátil: se ajusta de manera uniforme incluso en cuerpos no estándar, sin pliegues ni puntos de presión (o al menos, ninguno destacable). Además, cuenta con pequeños detalles que no se ven a menudo. El resultado es una comodidad total: sin distracciones, solo concentración en el entorno y en la pesca.
Vestimenta: comodidad sin compromisos
Al ponerse el Black Camu, la primera impresión es de una comodidad prolongada. El interior de neopreno Yamamoto 39 con acabado liso permite colocarse chaqueta y pantalón sin esfuerzo (usando agua jabonosa o, mejor aún, vistiéndolo directamente en el agua si la temperatura lo permite), sin dar la sensación de ser un material frágil o demasiado resbaladizo.
El pantalón de cintura alta se ajusta bien, sin presionar el abdomen: incluso con el cinturón de plomos sigue siendo cómodo y no causa irritaciones. Las rodillas están reforzadas con materiales resistentes pero elásticos, lo que transmite solidez.
La chaqueta, además de un corte elegante y limpio, integra una almohadilla esternal calibrada que reduce notablemente el dolor durante la carga del fusil. Un detalle técnico importante: la espalda está hecha de una sola pieza de neopreno, sin costuras centrales. Esto mejora el aislamiento térmico y aumenta la comodidad durante largas sesiones en el mar.
Ajuste en el centro
El Black Camu elimina los defectos más comunes de los trajes estándar: sin pliegues detrás de las rodillas, sin puntos de presión en la capucha, sin espacios vacíos por donde entre agua. Con otros trajes solía usar productos para evitar rozaduras detrás de las rodillas, pero con este no ha sido necesario. El ajuste es uniforme y preciso, casi como el de un traje a medida. Un ajuste que definiría como “premium”, raro de encontrar en un producto estándar y que en el mar se traduce en libertad física y mental.
Camuflaje discreto
El camuflaje no es el protagonista absoluto, pero sí un valor añadido. El fondo negro recuerda la sombra de las rocas, mientras que las vetas reproducen los contrastes presentes en fondos rocosos y arenosos. Es un camuflaje sobrio y funcional: en zonas de sombra fragmenta bien la silueta, reduciendo el efecto contorno, mientras que en fondos claros y arenosos a poca profundidad el traje se nota un poco más. Es un diseño pensado para acompañar al pescador sin volverse protagonista, coherente con la filosofía de este modelo: discreción y confort.
Un equilibrio logrado
El neopreno Yamamoto 39 confirma ser un material capaz de equilibrar elasticidad y resistencia. Incluso en profundidad la compresión se mantiene contenida, el traje se adhiere bien al cuerpo y conserva el aislamiento adecuado. En movimientos amplios —torsiones, pasos rápidos entre rocas, despegues del fondo— no se perciben puntos molestos de tracción. Incluso tras inmersiones repetidas, el traje mantiene su memoria elástica, señal de un buen diseño.
Después de varias horas continuas en el agua, incluso 6 o 7 horas, el Black Camu sigue siendo sorprendentemente cómodo: sin marcas rojas en hombros o rodillas y sin sensación de rigidez. El revestimiento exterior ha demostrado ser muy resistente a los roces con las rocas, especialmente durante la pesca en agujeros, donde evitar el contacto es imposible. Noté que los refuerzos en las rodillas y el pecho no solo resisten bien el desgaste, sino que no añaden peso ni limitan los movimientos. Incluso en los pasos más “agresivos” entre rocas y espuma, el traje no muestra signos de deterioro prematuro, dando la impresión de tener una larga vida útil.
Posición en el mercado
El Black Camu se posiciona en la gama media-alta de los trajes estándar. No es económico, pero tampoco entra en el segmento “hecho a medida”, que puede alcanzar cifras mucho más elevadas.
Su punto fuerte es que justifica el precio con características técnicas reales: neopreno Yamamoto 39, espalda en una sola pieza, refuerzos específicos y un ajuste que se acerca al de un modelo personalizado. Elementos que lo distinguen de los modelos más accesibles, que a menudo están menos cuidados en los detalles y tienden a perder elasticidad o comodidad con rapidez.
Desde esta perspectiva, el precio no es un obstáculo: quien busca un producto duradero y bien diseñado difícilmente lo verá como excesivo, porque el valor se traduce en rendimiento y longevidad. Para un uso ocasional o quien busca solo ahorrar, puede parecer caro, pero para quien vive el mar de forma constante, el Black Camu representa una excelente inversión.
Conclusiones
El Black Camu tiene como prioridad poner al pescador en el centro. No busca impresionar con efectos especiales, sino resolver un problema concreto: vestir bien. Su punto fuerte es el ajuste versátil, que lo hace parecer un traje a medida a pesar de ser estándar. En el agua, esto se traduce en comodidad real, ausencia de distracciones y mayor concentración en lo que se va a hacer.
El camuflaje, discreto pero funcional, es un valor añadido. Los detalles constructivos —refuerzos específicos, ausencia de costuras en la espalda, neopreno de calidad— completan un conjunto sólido. No es el traje más llamativo del mercado, pero sí uno de los más concretos y fiables: de esos que se olvidan puestos, mientras lo que importa sigue siendo el mar y la presa.
Puntos fuertes
Puntos críticos